ECONOMÍA DE FICHAS

La economía de fichas es una técnica utilizada en el ámbito educativo para fomentar y reforzar comportamientos positivos. Quizás te suene más si te digo que se trata de la técnica que usaba Rocío Ramos en su famoso programa de Cuatro de principios del 2006; Supernanny.

 

¿En qué consiste la economía de fichas?

 

Consiste en establecer un sistema de recompensas mediante el cual los participantes, generalmente estudiantes, reciben fichas o tokens como consecuencia de exhibir comportamientos deseables. Estas fichas luego se pueden canjear por recompensas específicas.

 

Objetivos

 

  • Reforzar conductas positivas en el alumnado como el respeto hacia los compañeros, el trabajo diario, el orden de trabajo…
  • Fomentar la autorregulación en el estudiantado.
  • Promover la responsabilidad en el alumnado ya que son conscientes de qué se espera de ellos y aprenden que sus actos tienen consecuencias que también pueden ser positivas.

Funcionamiento

 

Se debe crear un sistema de recompensas por medio de fichas (sí, de ahí su nombre), tokens, gomets…para que visualmente se pueda ver el progreso del alumno o alumna en relación al comportamiento deseado.

Las fichas después del tiempo acordado que no debe ser demasiado largo (una semana como mucho), se deben canjear por premios o recompensas tangibles e interesantes para el alumno. Algunos ejemplos: más tiempo de patio, elogios verbales, sentarse donde se elija…

 

Puesta en práctica

 

Tuve que informarme al respecto al encontrarme con un alumno desafiante en el aula. Se levantaba constantemente y no trabajaba ni en clase ni en casa. Después de una semana de seguimiento y constantes llamadas de atención el alumno no era capaz de regular su comportamiento. Me reuní con la familia para comentarles lo preocupante de la situación dado que ya le estaba afectando académicamente. En la tutoría les propusimos el gabinete psicológico y yo la opción de hacer la economía de fichas. Y teniendo su visto bueno por escrito y firmado nos pusimos a trabajar.

 

Lo primero fue pensar en las actitudes que queríamos reforzar o eliminar. En este caso (un tanto complicado) teníamos varios aspectos a mejorar. Se trataba de un alumno que no sacaba los libros, se levantaba en casa clase infinidad de veces, insultaba a los compañeros y no trabajaba. Decimos poner todos estos Items, que debía cumplir en cada una de las asignaturas. Si los cumplía le rellenábamos una carita feliz. ¿Qué conseguía con cada carita feliz? 1 punto.

Y si, al final de la semana, conseguía más de 140 puntos (de un total de 180) conseguía volver a poner su mesa en grupo con el resto de sus compañeros. Cada semana tenía premios diferentes tanto en casa como en el colegio.

¿Qué conseguimos con todo esto? Que el alumno fuera responsable de su propio proceso de aprendizaje y fomentamos la responsabilidad de sus actos y el análisis crítico. Ya que después de cada asignatura, destinábamos unos pocos minutos para revisar con él como había ido la clase y el mismo era quien se dibujaba las caritas e iba analizando su comportamiento.

 

Por todo esto la economía de fichas es una muy buena herramienta no solo dentro del aula sino para casa. Pero, también es verdad que requiere de compromiso y tiempo por nuestra parte. Ya que en cada sesión toca sentarse, analizar y reforzar los comportamientos positivos y alcanzados. Pero poco a poco se van notando los cambios y el tiempo destinado siempre vale la pena.

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