Normas de clase

En el corazón de nuestro aula, reside algo más que simples pupitres y pizarras. Aquí, se forja una comunidad de aprendizaje, donde cada estudiante tiene el potencial de crecer y prosperar. Pero, como en cualquier comunidad, es esencial establecer normas que nos guíen hacia el éxito colectivo. ¿Qué sería de nuestra sociedad sin reglas y leyes? Creo que estaremos de acuerdo en que sería todo un caos. Imagina un mundo donde no tuviéramos las normas que regulasen el comportamiento humano, donde cada uno pudiera hacer lo que quisiera sin ningún tipo de consecuencia. Sería un mundo marcado por las injusticias, el desorden y probablemente las inseguridades.
Las reglas y leyes son la columna vertebral de toda civilización y debemos aprender a respetarlas y conocerlas desde bien pequeños. Por eso veo muy importante que los alumnos sean parte del proceso de crear las normas de clase. En mis clases, siempre me gusta hacer las normas conjuntamente con mis alumnos y hacerlo votando. Obviamente habrán algunos puntos que no se podrán debatir pero también es verdad, que los propios alumnos saben diferenciar lo que está bien de lo que está mal y suelen dar en el clavo diciendo las normas importantes.
¿Cómo lo hago yo?
Aprovecho los primeros días para observar sus propias reglas no escritas. Y en la siguiente hora de tutoría les propongo elaborar nuestras propias normas que vamos a votar entre todos. Esto, les encanta ya que les estamos dando voz, responsabilidad y confianza. Se sienten escuchados y protagonistas de lo que en el aula pasa y por otro lado sienten las normas como algo propio y las respetan con mayor facilidad.
Una vez lo hemos elaborado con una lluvia de ideas y su posterior votación, me gusta dejarlo en un lugar visible de la clase para que todos puedan consultar las normas en cualquier momento y que a ninguno se nos pueda olvidar los acuerdos que hemos tomado. También sirve para cuando entra otro profesor dentro del aula, pueda seguir con las misas normas si es que así lo desea.
¿Qué ponemos?
El respeto debe ser la base de nuestras normas y es un aspecto no negociable y que debemos guiar a los alumnos para que lo nombren y se pueda debatir. Les hago preguntas con ejemplos de situaciones que han ido pasando para ver si ven importante dejar el resultado por escrito.
Por ejemplo, tuve un caso de un niño que le habían pegado y el en vez de decírselo a un profesor la devolvió con más fuerza. (Sí, esto nos ha pasado a todos). A la hora de hacer las normas, les puse la situación sobre la mesa y les pregunté: «¿cómo creéis que se debe actuar en estos casos? «. Con esto conseguí un pequeño debate del que ellos mismos sacaron como conclusión que debería avisar a un profesor sin responder.
Como cada estudiante es diferente y por lo tanto cada aula, es importante adaptara las normas a sus necesidades y características. Y veo importantísimo el hecho de hacerles partícipes de su elaboración para así, lograr reflexionar sobre la importancia del respeto a los demás y la diversidad de opiniones.
Colgamos las normas
Esto lo podemos hacer de diferentes maneras. Podemos repartir hojas para que unos dibujen la norma y otros la escriban y posteriormente se puede colgar en una cartulina grande y colgarlo en la puerta del aula o en alguna pared o lugar visible. Pero para los cursos menos artísticos o más pequeños, esto puede costar y lo podemos hacer el algún programa como CANVA.
Una vez hecho e impreso como todos hemos formado parte de la elaboración de nuestras normas, debemos firmar asumiendo así que estamos conforme con lo que pone en los textos y comprometiéndonos y haciéndonos responsables del cumplimiento de las mismas.
Y tu, ¿cómo trabajas el respeto por las normas en el aula?